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sábado, 27 de agosto de 2016

Las danzas griegas



por Jerónimo Brignone

Jerónimo 'Jerry' Brignone es profesor de danzas griegas en Nueva Delfos. Actor, director y docente teatral con más de treinta puestas teatrales en su haber, habiendo recorrido en sus obras varias veces la temática helénica. Estudió música desde pequeño y desde 1996 danzas griegas con Jorge Dermitzakis, Nikos Kostakópulos, Mario Sideris, Alejandra Calvo y Kostas Agnostopúlu (Atenas).


Los amantes de la cultura griega hemos sido atrapados desde distintos lugares en la intrincada y maravillosa red de elementos diversos que componen a esta rica civilización: algunos, desde chicos, por su mitología, o por el atractivo de su arte perenne tal como nos lo muestran las enciclopedias; otros, a partir de un accidental pero definitorio pasaje turístico por su mágica geografía; los hay quienes, por supuesto, por su filosofía, y hasta algunos por su cocina. Pero son la música, y particularmente, las danzas, algunos de los factores que más han cautivado al extranjero y lo han llevado a formar parte de la millonaria y milenaria hueste de filohelenos.

Sea por haberlas visto en las conocidas películas Nunca en Domingo, Zorba el Griego, Mi gran casamiento griego o inclusive la argentina Cenizas del Paraíso, sea por haberlas presenciado en alguna taberna en Grecia o en el propio país de uno, hay algo en su ritmo y sus imágenes que pareciera rozar lo arquetípico y transportarnos a un plano tan universal como individual, y tan sublime como vital. Personalmente, una de las experiencias que más me impactaron y sellaron de un modo imborrable mi vínculo con lo helénico fue la primera noche en una taberna griega local (la de Takis Delénikas, cuando estaba en la calle Montevideo), en la que, además de los ritmos sobrenaturales, me impactó particularmente la variedad de enfoques y actitudes de los asistentes al local: cada uno tenía derecho, si así lo quería, a su momento de protagonismo; y a las danzas individuales, o de dos o más, le sucedían rondas variadas en las cuales convivían libremente familias enteras -niños y ancianas incluidos-, marineros, coperas, empresarios, gitanos de aspecto marginal y curiosos recién llegados (como yo): un verdadero ejemplo de pluralidad y convivencia que me parecieron un modelo social harto deseable y evocativo del pluralismo que caracterizó a la época helenística y a Grecia en particular. Mis posteriores visitas a ese país jamás contradijeron mi percepción (al contrario), y, de nuevo, a título puramente personal, es esa imagen lo que sigue sosteniendo mi particular relación con esta cultura (otra gran sorpresa fue la de estar siendo iniciado alguna vez en la India en unas danzas sagradas tomadas de las pesquisas de Gurdjieff, y encontrarme haciendo ¡exactamente secuencias enteras del jasápico!).

La danza siempre ha caracterizado al hombre griego, en cuanto expresión individual y motivo de encuentro social. La gran militante de nuestros tiempos para la recuperación y estudio de los cientos de variantes locales ha sido la legendaria Dora Stratou. El presente artículo no pondrá tanto el énfasis en estas particularidades folklóricas (por otro lado, fascinantes), sino en las danzas que podemos ver habitualmente en una taberna típica o en una fiesta de colectividad. Es decir, aquellas que suelen bailar el ciudadano griego promedio. Haré aquí entonces una breve referencia al zeimbékikos, el jasápico, el kalamatianó, el chiftetéli, el sérvico, el chámico y el sirtó nisiótico.


ZEIMBÉKIKOS

Es una danza individual, al principio bailada solamente por hombres (particularmente marineros, característicamente retratados por el pintor Tsarujis). Alguna vez se lo llamó también “danza del borracho”, no precisamente porque estuviera en ese estado el bailarín, sino por los movimientos aparentemente no lineales ni acompasados que, en muchas ocasiones, son realizados alrededor de un vaso de vino en el suelo, como en una especie de ritual reconcentrado. Los pasos no están necesariamente codificados, y suelen surgir libremente del particular estado emotivo del intérprete, así como del ritmo, deliberadamente irregular: nueve tiempos (corchea - negra - corchea, dos negras, corchea - negra - corchea, tres negras; el factor “desestabilizante” es la tercera negra final). También se la ha llamado “danza del águila”, porque en muchas ocasiones el intérprete mantiene los brazos en una posición que asemeja a la de esa ave, amén de evocar la metáfora universal de libertad que le es propia. Muchas veces otros participantes forman una ronda a su alrededor, agachados, acompañando con palmas su deambular y el ritmo tan particular.

Los zéimbeks eran una tribu no turca que vivía en las áreas montañosas cercanas a las costas egeas cerca de Esmirna. Como los kléftes de la Grecia continental anteriores a la guerra de la independencia, eran un problema para las clases superiores de la turcocracia. Eventualmente, del mismo modo que los kléftes fueron armados para proteger a la gente de los salteadores, los zéimbeks también se convirtieron en una fuerza protectora. Por esta razón a menudo se los llamó también Evzónes, porque estaban armados hasta los dientes y usaban (si bien en la infantería ligera turca) el atuendo de la infantería griega que lleva ese nombre.

Los pasos son lentos y deliberados, altamente personales y expresivos de una emoción profunda a partir de figuras y pasos individuales e imprevisibles que aparentan una gran concentración, con súbitos exabruptos de giros, retrocesos, caídas truncas, saltos y golpes de talón. La música es, para muchos, lo mejor y más característico de la rembétika (música griega).


JASÁPICO

La danza más típicamente griega, su nombre deriva de jasápis, es decir, “carnicero”, y lo bailaban hace siglos característicamente los miembros de ese gremio en el mercado (agora) de Constantinopla durante el imperio bizantino. El ritmo es de cuatro por cuatro, y fue influenciado modernamente en gran medida por el tango y la canzonetta italiana. Se suele bailar de a dos o, máximo, tres personas (cuando no uno sólo), quienes están lado a lado tomados del hombro (el brazo libre habitualmente extendido hacia los costados a la altura del hombro y con la mano en posición de chasquear los dedos) y van haciendo figuras muy precisas sincronizadas, consistentes en un “básico” y variaciones bastante formalizadas en general, pero que van combinando libremente según la indicación de uno de ellos mediante sutiles y codificados toques en el hombro.

Danza ciudadana y típica de taberna, también muy popular entre los marineros, se lo llamó asimismo por ello Naftikó (naftis = marinero), así como Sirtáki (nombre popularizado en Francia a partir de los films arriba mencionados). Un tema muy conocido es el de Nunca en domingo. En varias ocasiones, el tema musical y la danza se combinan luego con el sérvico, en cuyo caso se lo denomina jasaposérvico (tal como la popular danza de Zorba).


KALAMATIANÓ

El así llamado “baile nacional griego”, muy popular en todo el país, su nombre deriva de la zona de Kalamata, en el sur del Peloponeso. Es una ronda grupal en la cual los participantes están apenas tomados de la mano (con los codos blandamente flexionados hacia abajo), y generalmente la persona en la punta lidera haciendo figuras elaboradas (muchas veces blandiendo un pañuelo, y de ahí viene en parte el nombre de la danza, ya que Kalamata fue históricamente famosa por su producción de pañuelos y mantillas de seda) y conduciendo al conjunto hacia su derecha de aquí para allá, armando “puentes” entre los participantes, etc. Uno de los temas más conocidos es la Samiótisa (“Mujer de Samos”).

El ritmo es de siete tiempos rápidos (tres corcheas y dos grupos de dos corcheas), con tres acentos fuertes (la primera corchea y las primera de cada grupo de dos: un dos tres un dos un dos). Por lo tanto, cuatro compases arman una secuencia de doce tiempos fuertes que se corresponden con los doce pasos del baile: 1, sale pie derecho hacia la derecha; 2, cruza el izquierdo por detrás; 3, derecho hacia la derecha; 4, izquierdo cruza por delante (en rigor, un saltito característico de derecha y luego izquierda en el mismo tiempo); 5, derecho hacia la derecha; 6, izquierda cruza por detrás; 7, derecho hacia la derecha; 8, izquierdo cruza por delante; 9, paso derecho en el lugar; 10, izquierdo hacia la izquierda; 11, derecho cruza hacia izquierda; 12, paso izquierdo en el lugar. Hay variaciones, tales como giros, etc. Contado así suena, por supuesto, complicado; pero no lo es de ningún modo. ¡En todo caso, acoplarse a la ronda e intentar seguir a los de al lado!


CHIFTETÉLI

Se suele escribir Tsiftetéli, dado que los griegos no tienen la grafía para el sonido español “ch”, pero la palabra es de origen turco. El término es una expresión musical que refiere a “par de cuerdas”, en este caso del violín, afinadas al unísono o con intervalo de una octava. Está relacionada con la arcaica Danza del Vientre oriental, con antecedentes tan ilustres como la danza de la Salomé bíblica y, antes todavía, las danzas sagradas de las sacerdotisas de los diversos cultos de India y Asia Menor.

De carácter alegremente sensual, se suele bailar en pareja (habitualmente, hombre y mujer), o una mujer sola. El ritmo de dos tiempos, simple y sincopado (corchea - negra - corchea, dos negras) es característicamente oriental, tal como el de la música árabe y turca más populares de hoy; pero cabe aclarar que es un género inmensamente difundido en la Grecia moderna, con mucha producción local. Generalmente el hombre tiene movimientos más comedidos, y la mujer, en un estilo libre, imita las habituales figuras de la odalisca.


SÉRVICO

También llamado jasápico rápido, sirtáki, cérvico (con la “c” pronunciada como “ch”, a la italiana), etc., es un ritmo de dos por dos muy rápido (que a veces es en serio de seis por ocho muy rápidos); y dicha rapidez fue asociada por el griego como similar a las danzas de los servios (también se lo ha llamado por ello slavikó, rusikó o rumanikó). Como sea, es una danza de ronda muy popular, tomados de los hombros, cuyo paso básico es muy fácil (aunque no tanto las variaciones piruetísticas que exhiben muchos danzarines).

Seis pasos: 1, pie derecho hacia la derecha; 2, izquierdo cruza por detrás; 3, pie derecho hacia derecha; 4, izquierdo hace patada hacia la derecha arriba; 5, apoya izquierdo; 6, derecho hace patada hacia la izquierda. Se hace caminado o saltado, sobre todo cuando va aumentando la velocidad del ritmo, tal como en la segunda parte del conocido tema de Zorba, o en el tema musical de la película Z.


CHÁMIKO

El término Tsámiko deriva de los ropajes usados habitualmente por los kléftes (ladrones), es decir las bandas armadas de montañeses cuya acción fue decisiva en la Guerra de la Independencia griega. Cuenta la leyenda que sus movimientos pausados son idénticos a los de las danzas recreativas de los soldados macedónicos de Alejandro Magno, con sus pesadas vestimentas, y, todavía hoy, es una danza típicamente masculina.

Es una ronda en la cual el individuo que lidera en el extremo derecho hace en un momento determinado complicadas piruetas, habitualmente impresionantes, en un alarde de virilidad. El ritmo es vigoroso, y su estructura, idéntica a la de la zamba argentina (seis por ocho: corchea con puntillo - semicorchea - dos corcheas - negra).


SIRTÓ NISIÓTIKO

Nisí quiere decir en griego “isla” (piénsese en la “Polinesia”, “Indonesia”, etc.). Es decir, es una danza muy típica de las islas. Es un dos por dos muy rítmico, danza grupal en ronda en cierto modo similar al kalamatianó, con ligeras variantes en algunos de sus pasos. Es probablemente la danza griega más antigua de todas las mencionadas.

Por supuesto que con este breve escrito no hemos pretendido cubrir todas las danzas griegas, tarea ardua, sino imposible en este contexto. El objetivo ha sido, como dijéramos antes, el de dar una introducción a las más conocidas y populares hoy en ese país y entre los griegos de la diáspora. Confiamos en que la información pueda ser de interés a los que las hayan presenciado alguna vez, y tengan proyectado volver a visitar alguna taberna, cantina o fiesta de colectividad y participar de sus danzas.

Para quien quisiera profundizar el tema en términos prácticos, todas las colectividades suelen ofrecer cursos de danzas griegas a precios accesibles.


Fuente: Página del Profesor Jerónimo Brignone