Acerca del olivo y del aceite de oliva
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El olivo, sus frutos y el aceite de oliva, están muy vinculados a la cultura griega, ya que como podemos apreciar en la mitología griega, se atribuye la fundación de Atenas a Cécrope, hacia el siglo XVI a. c. y a su promotora y protectora, la diosa Atenea quien, según la leyenda, hizo brotar un olivo en la ciudad con la punta de su lanza.
El mismo origen de Atenas es relacionado a la instalación del olivo por parte de Atenea, en lucha con Poseidón por la supremacía en la protección de la ciudad. Para calmar la contienda entre ellos, el sumo Zeus intervino, y estableció conceder el dominio de aquel territorio a quien fuera capaz de aportar el regalo más útil para la humanidad.
Poseidón llevó un caballo, animal resistente, veloz y capaz de aliviar el trabajo de los hombres; Atenea, en cambio, apareció con una pequeña ramita retorcida entre las manos, de sutiles hojuelas de color verde argénteo. Poseidón ya estaba saboreando la victoria cuando Atenea empezó a explicar las extraordinarias propiedades del olivo: una planta fuerte, capaz de vivir largos años y de producir frutos apetitosos y sabrosos, de los que los hombres podían extraer un líquido ideal para sazonar la comida (el aceite de oliva), dar fuerza al organismo, aliviar las heridas y también alumbrar la noche. La victoria de la diosa fue aplastante. Zeus decretó vencedora a Atenea, al donar a los ciudadanos la planta más útil y le fue concedida la soberanía sobre toda la región.
En la Odisea, la presencia del olivo se repite varias veces; por ejemplo, Odiseo y sus compañeros utilizan una viga de olivo para cegar al Cíclope. A menudo suceden episodios en que los protagonistas son untados de aceite de oliva, como habitualmente ocurría en la época. El aceite de oliva también se utilizó en el apresto, para untar el hilo. Quizás el paso más célebre es el relativo a la cama nupcial de Odiseo. Él mismo (Libro XXIII) “cortó un enorme olivo de vasta hojarasca y construyó a su alrededor una habitación”. Trabajó por lo tanto el tronco, encastrando en él adornos de oro, plata y marfil, creando un precioso y único tálamo.
Según la mitología, el arte de la agricultura les fue enseñado a los hombres por Aristeo, hijo de Apolo y de la ninfa Cirene. El cultivo del olivo fue tan importante que Aristeo también habría inventado los sistemas de extracción del aceite de oliva, entre los que se encontraría el lagar.
Hay que destacar que la presencia del olivo en la mitología es de gran importancia, directamente proporcional a la utilidad de la planta. Según una leyenda griega, una paloma partió de Fenicia para ofrecer una ramita de olivo al templo de Zeus en el Épiro.
El olivo no sólo esta vinculado con la literatura y la mitología sino que también se encuentra en la vida cotidiana, ya que a los vencedores en los juegos olímpicos griegos se les coronaba con ramas trenzadas de olivo desde la séptima olimpiada.
En la Grecia clásica hay numerosas muestras que rastrean el cultivo del olivo y el uso del aceite de oliva. La técnica del vareo ya se utilizaba, y escenas de vareadores griegos están plasmadas en ánforas decoradas. Para los griegos el olivo era un árbol totémico, sobre todo para los ciudadanos atenienses, puesto que el olivo está en el origen de la fundación de la "polis".
Aunque los habitantes de la Grecia antigua conocían el olivo silvestre, sus variedades cultivadas para la producción de aceite de oliva, procedían de Egipto, pero contribuyeron mucho a mejorar su cultivo y la extracción del aceite de oliva. La importancia de ambos aspectos se comprende mejor al estudiar la severa legislación que los protegía y regulaba: quien arrancase un olivo del Areópago, cerca de Acrópolis, podía verse condenado al exilio y a la confiscación de sus bienes; además, ningún ateniense podía talar más de dos olivos en sus propiedades. El cariño que los griegos sentían por el olivo se refleja en una leyenda según la cual, en torno al 480 a.C., durante las guerras médicas, el ejercito persa, mandado por Jerjes, se apoderó de Atenas y prendió fuego a la Acrópolis, en donde los árboles sagrados ardieron como antorchas. Cuando tras su victoria en Salamina los griegos regresaron a su patria sólo encontraron ruinas, ceniza y desolación. Pero Atenea, la diosa protectora de Atenas, hizo que los olivos sagrados rebrotasen durante la noche
Los griegos utilizaron el aceite de oliva como alimento; normalmente sus comidas se basaban en el pan, aceite, vino y miel, acompañadas a veces de queso y leche, pescado y carne. También emplearon el aceite de oliva como combustible para el alumbrado. El aceite de oliva también se utiliza como cosmético, en medicina humana y animal, para dar flexibilidad y suavidad a sus tejidos, así como sistema de conservación de otros alimentos.
Fuente:
http://www.sabor-artesano.com/aceite-oliva-grecia.htm
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