Padre querido
En el consentir de mi mente, En la fibra más íntima de mi corazón Tú estás presente, padre querido Con nostalgia y dolor. El vacío impiadoso que tu dejaste, Jamás se cubrió Un solo deseo me insta para abrazarte Herido por tu desaparición. Quisiera cerrar los ojos, Y volver a verte, Aguerrido, lozano y fuerte, Como un Gladiador, Que ha luchado con gloria Y supremo Honor. Desearía a mi lado tenerte, Escucharte y admirarte, Como amigo fiel Y legendario protector, Gozando de la mística de tus palabras, Que han sido redentoras, Y crisoles de mi formación. tadamianos@hotmail.com Taso Damianos Poeta-Escritor-Periodista