Sumario de National Geographic
La guerra de Troya
La "Ilíada" de Homero y los descubrimientos arqueológicos ofrecen una completa panorámica del largo conflicto que enfrentó en el siglo XIII a.C., en plena Edad del Bronce, a griegos contra troyanos.
En torno al año 1200 a.C., quince mil guerreros griegos llegaron a Asia Menor dispuestos a tomar Troya y su fortaleza. Homero cantaría el triste sino de una ciudad cuyos restos siguen estudiando hoy los arqueólogos. La guerra de Troya ha fascinado a generaciones de lectores, pero ¿hay que creer lo que cuenta Homero? ¿Son sus poemas un relato fidedigno de un suceso histórico? ¿O bien la guerra de Troya no es más que un producto de la imaginación del poeta?
Eso fue lo que los historiadores creyeron durante mucho tiempo. Hasta que a finales del siglo XIX los avances en la investigación han ido desmontando esta idea. En 1871, Heinrich Schliemann, arqueólogo y hombre de negocios alemán, descubrió, en una colina cerca del estrecho de Dardanelos, los restos de una población de la Edad de Bronce que identificó con la mítica Troya.

Que esta ciudadela era poderosa lo demuestran sus impresionantes fortificaciones. Los hallazgos de cerámica y de objetos de metal y marfil, de origen micénico, indican que la ciudad era conocida y frecuentada por los mercaderes griegos del II milenio a.C. Pero, ¿qué justifica que los griegos organizasen una expedición para conquistarla?
Por lo visto, las riquezas de Troya, procedentes del peaje que la ciudad cobraba a las naves que fondeaban en su puerto, despertaron la codicia de los micénicos y su deseo de conquistarla. Más difícil es determinar el desarrollo de este conflicto, ya que la mayoría de testimonios son obras poéticas. Y a la poesía no puede exigírsele exactitud, sino belleza.
Tradicionalmente, la causa del estallido de la guerra se achaca al rapto de Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, por parte del príncipe troyano Paris, hijo de Príamo y hermano del sucesor al trono, Héctor. Micenas, el reino más poderoso de la época, estaba regido por Agamenón, a quien recurrió su hermano Menelao tras el rapto de Helena. Se lanzó una proclama general y todos los caudillos micénicos decidieron tomar parte en la campaña.
Aunque Homero cifra en 1.184 barcos y 70.000 hombres las fuerzas griegas que invadieron Troya, los cálculos modernos creen más probable un total de 300 naves y 15.000 hombres. Por otro lado, una teoría actual sugiere que el caballo de Troya fue una máquina de asedio, como la representada en un relieve asirio en forma de equino. Los arqueólogos, lingüistas e investigadores deberán verter luz sobre un conflicto histórico en el que abundan las hipótesis.
Fuente: National Geographic
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La "Ilíada" de Homero y los descubrimientos arqueológicos ofrecen una completa panorámica del largo conflicto que enfrentó en el siglo XIII a.C., en plena Edad del Bronce, a griegos contra troyanos.
En torno al año 1200 a.C., quince mil guerreros griegos llegaron a Asia Menor dispuestos a tomar Troya y su fortaleza. Homero cantaría el triste sino de una ciudad cuyos restos siguen estudiando hoy los arqueólogos. La guerra de Troya ha fascinado a generaciones de lectores, pero ¿hay que creer lo que cuenta Homero? ¿Son sus poemas un relato fidedigno de un suceso histórico? ¿O bien la guerra de Troya no es más que un producto de la imaginación del poeta?
Eso fue lo que los historiadores creyeron durante mucho tiempo. Hasta que a finales del siglo XIX los avances en la investigación han ido desmontando esta idea. En 1871, Heinrich Schliemann, arqueólogo y hombre de negocios alemán, descubrió, en una colina cerca del estrecho de Dardanelos, los restos de una población de la Edad de Bronce que identificó con la mítica Troya.

Que esta ciudadela era poderosa lo demuestran sus impresionantes fortificaciones. Los hallazgos de cerámica y de objetos de metal y marfil, de origen micénico, indican que la ciudad era conocida y frecuentada por los mercaderes griegos del II milenio a.C. Pero, ¿qué justifica que los griegos organizasen una expedición para conquistarla?
Por lo visto, las riquezas de Troya, procedentes del peaje que la ciudad cobraba a las naves que fondeaban en su puerto, despertaron la codicia de los micénicos y su deseo de conquistarla. Más difícil es determinar el desarrollo de este conflicto, ya que la mayoría de testimonios son obras poéticas. Y a la poesía no puede exigírsele exactitud, sino belleza.
Tradicionalmente, la causa del estallido de la guerra se achaca al rapto de Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, por parte del príncipe troyano Paris, hijo de Príamo y hermano del sucesor al trono, Héctor. Micenas, el reino más poderoso de la época, estaba regido por Agamenón, a quien recurrió su hermano Menelao tras el rapto de Helena. Se lanzó una proclama general y todos los caudillos micénicos decidieron tomar parte en la campaña.
Aunque Homero cifra en 1.184 barcos y 70.000 hombres las fuerzas griegas que invadieron Troya, los cálculos modernos creen más probable un total de 300 naves y 15.000 hombres. Por otro lado, una teoría actual sugiere que el caballo de Troya fue una máquina de asedio, como la representada en un relieve asirio en forma de equino. Los arqueólogos, lingüistas e investigadores deberán verter luz sobre un conflicto histórico en el que abundan las hipótesis.
Fuente: National Geographic
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