Acerca de la palabra Aletheia
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Griego antiguo |
Traducimos habitualmente alétheia por verdad, que el término verdad es la versión latinizada de la palabra griega aletheia, la traducción del griego a lo romano según una muy determinada comprensión del ser: la de su olvido. Este olvido ontológico se refleja en una errada y vacía relación con el ser. Al mismo tiempo el lenguaje que nombra lo que es en tanto que es, se desvirtúa, cae fuera de su elemento y ya no habla. La palabra al perder su referencia al ser, se pierde a sí misma.
Esta traducción no fue, entonces, un mero e inofensivo vocablo de un código a otro, donde sólo estarían en juego diferencias fonéticas y morfológicas. Fue parte de un proceso de desfiguración de lo griego, donde alétehia y otras palabras fundamentales del decir filosófico perdieron su contenido originario y su referencia esencial a la cosa. Dicho de otro modo: la consideración del lenguaje como instrumento de expresión y comunicación, regido por una gramática lógica para la cual el ser se ha convertido en objeto, no da cuenta de la esencia del lenguaje, es decir, de su fatal relación con el ser. Sólo la comprensión del lenguaje como el ámbito donde las cosas se abren, ámbito que el hombre habita y desde el cual constituye mundo, nos permitirá captar la cuestión en toda su densidad. En cuanto al hombre esencia como lenguaje, un uso degradado del mismo amenaza su propio ser. “Aunque tuviésemos mil ojos y mil oídos, mil manos y muchos otros sentidos y órganos si nuestra esencia no consistiese en el poder del lenguaje, todo ente permanecerìa cerrado para nosotros, tanto el que somos nosotros mismos como el que no somos” . M. Heidegger Introducción a la metafísica. Bs As. 1953,120
Es imperioso recuperar la capacidad nombrante de las palabras, es decir la palabra que habla y dice lo que es mostrando al ente en su ser. Esto es una tarea, un hacer esencial que toca al hombre en su asunto más propio. Se trata de instalarnos en una relación más originaria con el lenguaje, que patentice la traba esencial entre ser y lenguaje. Hay que reconquistar la fuerza nominal del lenguaje. Hay que recuperar el vínculo esencial entre palabra y cosa. Pero regresemos a nuestro término alétehia. del verbo lantháno –estar oculto- permanecer oculto a alguien/hacer olvidar (en el sentido de pasar inadvertido para otro)- más estrictamente de su forma antigua, homérica, letho, deriva del sustantivo léthe-olvido, ocultamiento y también aunque de un modo más indirecto, su opuesto aletehia –desolvido, desocultamiento. Léthe es también un personaje divino, hija de la Discordia y madre de las Gracias, que dio nombre a la Fuente del Olvido situada en los Infiernos, de la que bebían los muertos para olvidar su vida terrestre, y las almas antes de reencarnar para olvidar su vida subterránea. Motivo por el cual otra de las traducciones del término es verdad, los muertos al encarnar “olvidaban su vida pasada” y así encontraban la verdad en cada nueva vida.
A-létheia: la alfa inicial ha sido caracterizada por la gramática, surgida de un pensar griego tardío, como alfa privativa. Pero la privación no debe ser entendida como un modo de la negación. Al contrario, ella hace posible la afirmación iluminante de lo que es. Es la positividad de un no la que se impone, no una simple ausencia.
Después de este breve recorrido etimológico-semántico, podemos intentar una traducción más ajustada para alétehia. Sin duda –desocultación- refleja con más fidelidad el sentido de la palabra griega. Sin embargo no es suficiente. ¿Por qué? ¿Acaso no se trataba de reconquistar el significado propio de las palabras? Sí. Pero este no se funda en un juego de etimologías ni en la correcta acepción que nos proporcionan los diccionarios. Es preciso llegar al decir griego mismo, que se hará diálogo vivo y originario en los textos de filósofos y poetas. “El lenguaje no es su esencia, la exteriorización de un organismo, tampoco la expresión de un viviente. De ahí el que no ha de pensarse con justeza esencial desde su carácter de signo, tal vez tampoco desde Heidegger” Carta sobre el humanismo, Madrid 1959,22)
Y esto es aletheia, desocultación- alfa privativa mediante, pero también ocultación.
Desocultación-ocultación no son opuestos, ni se excluyen. Tampoco se complementan. Son uno y lo mismo y determinan el modo en que está presente lo presente.
El lenguaje es el ámbito-inadmisible para la lógica, donde el ser se manifiesta ocultándose. El lenguaje dice el ser como desocultación, ocultación. Por eso es alétehìa.
Comenzamos esta nota buscando el significado de alétehia, desde lo griego y su lengua, y en estas mismas reflexiones ella nos salió al encuentro.-
Autora: María Alejandra Crespín Argañaraz
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