Meditación para mi papá
![]() |
Viaje a Ítaca |
Autor: José Antonio Gutiérrez Alcoba
El hijo de Arcesio compró este campo en otra época
después de pasar muchas fatigas
Lejos de la ciudad construyó esta casa y entristecido
por la muerte de Anticlea, quiso vivir aquí su vejez
Ayer lo enterramos
Erigió esta atalaya para mirar al occidente, hacia Sicilia
de allí provino la noble esclava que le cuidó
Ella, su marido dolio y sus seis encanecidos hijos
reposan aquí
Ya viejo, sin fuerzas, me he fatigado
subiendo las escalas hasta el puesto del vigía y miro:
Más allá de Sicilia el Lacio, Etruria, Iberia
De allí vienen barcos cada vez más numerosos, hacen
piratería y se cuenta
que vencieron a una flota fenicia
No es mucho si a ver vamos
todavía la Hélade está en formación
dorios, aqueos, pelasgos en plena amalgama
Nuestros dioses son jóvenes y se disputan su lugar en
el Éter.
Vendrá la hora en que un Titán desafíe al Crónida
y hombres que desprestigien a nuestras deidades
Esto habrá de suceder, los griegos perderán
la fe con Asia y Egipto fusionados
ya no impetrarán a Zeus y creerán en la sola fuerza
de su mente, tal como Áyax creyó en su brazo.
Sólo el teucro Eneas escapó a nuestras invictas
manos y se cuenta que pasó cerca de Ítaca con una
flota en dirección al oeste.
Desde esta atalaya, contemplo el enigmático mar como el augur las vísceras de las aves
Tiempos vendrán, en que los poetas digan toda mentira
de Odiseo.
Cuando los griegos les crean, allanarán el camino de la
derrota
y venciendo, hombres bárbaros digan que así
vengaron a la pérfida Ilión
Ahora senecto, ante el umbral de la muerte
preparo mi corvo bajel
He ordenado los avíos para el cóncavo vientre y erguir
el mástil velero de mi nave bien proporcionada de
ligero curso.
Esta vez, no habrá despedidas en el fondeadero de
Ítaca
Mi vida sobre la patria griega se extingue así
es de noche y he de emprender solo este viaje
Braman horriblemente las negruzcas olas azotando la
árida costa, cubriéndolo todo con saladas espumas
Más allá ruge el gran abismo del océano fecundo en
hondas corrientes
Voy hacia la orilla del mar anchuroso en caminos
inhalo el acervo olor salobre del Ponto profundísimo
Y una vez desatada la amarra de la piedra agujereada
el vasto seno del mar, abundoso en peces me recibe
Navego ahora hacia la otra Troya en la memoria de los
tiempos postreros
Anticlea, Telémaco, Penélope, Laertes, y Argos mi perro,
van conmigo.
Autor: José Antonio Gutiérrez
Comentarios