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Mostrando las entradas de julio, 2015

Ira tempestuosa

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La furia de Aquiles, de Giovanni Battista Tiepolo Autor: José Antonio Gutiérrez Alcoba Cuando aquel hombre Cortó la mano de la belleza Ensangrentada Por cuya causa Dejé mi tierra Y vine a las manos Con un pueblo Extraño Llegaron al campamento noticias Que cuerpo con cuerpos mutilados Agonizaba por su arrojo Quien causaba mi furor Y sangraba la hermosa A manos del temerario Insolentísimo Él dijo saber que solo aquel Quien luche contra las deidades Su aurora se extinguiría joven Al punto con su gloria Se supo de Driante Quien desafió a Dionisos Próximo Supe Del espartano Amante del trirreme Quien perdió su casa Y honor Y vine Por la promesa Que jamás se cumpliría Supe de mí Y no traicioné un voto Jamás estas manos se mancharon con el icor de una deidad Y mi furia no fue sacrílega ¿Quien fue Aquiles que tal destino mereciera? Madre engañada Ya nunca más una cuita Ensombrecidos bajo el común pavor Del troyano Pero ellos Los violadores de paladión Raptados hacia los

ÍTACA

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        Autor: José Antonio Gutiérrez Alcoba Llegado el día, Icario, su esposa Anfitea junto a sus hijas Penélope e Íftima con modesto séquito portando comedidas dotes, arribaron a la mansión de alta techumbre y pronto al palacio de espacioso pavimento llegaron invitados desembarcados de veleras naves después de atravesar el anchuroso Ponto cargados con ricos presentes. Laertes y Anticlea, ilustres anfitriones, les dieron lugar en amplias moradas poniendo a sus órdenes moderada servidumbre dirigida por su hija menor Ctímene y por Euriclea, esclava adquirida para su hijo por Laertes. Vinieron por mar y por tierra, y durante tres días que duró la boda, la adusta ciudad se llenó de tumultuosa alegría, los aedos traídos por los visitantes organizaron certámenes musicales en el lugar reservado a los oradores se organizó una procesión ceremonial para vestir a la deidad de ojos de lechuza con un peplo bordado en hilo de lino. El don de Dionisos corrió en abundancia por tus anchurosas calles.

OXI

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              ΌΧΙ Hoy, Grecia, busca y encuentra su dignidad humana. Como el mítico mar azul con toda su fuerza y toda su belleza.   El mar que contiene innumerables gotas de agua. De pronto surge una ola como una tempestad y algunas gotas se separan -durante un tiempo-, del mar. Se van a una nube, al río, al hielo de un glaciar. Sea como fuere, independientemente de su circunstancia, la gota tiene ese deseo de volver al mar. Tiene ese deseo de llegar a casa.   El pueblo griego tiene este deseo. Y hará lo imposible para regresar a su origen   republicano. Su raíz. Tiene el deseo de recuperar la dignidad humana que nunca perdió. El derecho de decidir soberanamente. Que a nadie debería ser negado. Lucha y agonía es su destino. Grecia, atravesará la tempestad porque la luz de la esperanza es poderosa. Siempre. HOY, GRECIA, ERGUIDA, DICE ¡NO!                                                                                 Y el viento de la gracia sopla una vez más. Esperando ser tomad