Ira tempestuosa



La furia de Aquiles, de Giovanni Battista Tiepolo


Autor: José Antonio Gutiérrez Alcoba

Cuando aquel hombre
Cortó la mano de la belleza
Ensangrentada
Por cuya causa
Dejé mi tierra
Y vine a las manos
Con un pueblo
Extraño
Llegaron al campamento noticias
Que cuerpo con cuerpos mutilados
Agonizaba por su arrojo
Quien causaba mi furor
Y sangraba la hermosa
A manos del temerario
Insolentísimo
Él dijo saber que solo aquel
Quien luche contra las deidades
Su aurora se extinguiría joven
Al punto con su gloria
Se supo de Driante
Quien desafió a Dionisos
Próximo
Supe
Del espartano
Amante del trirreme
Quien perdió su casa
Y honor
Y vine
Por la promesa
Que jamás se cumpliría
Supe de mí
Y no traicioné un voto
Jamás estas manos se mancharon con el icor de una deidad
Y mi furia no fue sacrílega
¿Quien fue Aquiles que tal destino mereciera?
Madre engañada
Ya nunca más una cuita
Ensombrecidos bajo el común pavor
Del troyano
Pero ellos
Los violadores de paladión
Raptados hacia los dioses
Y aquel
Dos veces nacido
Como bienaventurado
Dime
Cual falta
Me condenó a la nada
Rey de sombras y espectros
Cuál justicia estuvo por encima
Del cronida
Lo supimos, dime por qué
¿Acaso con esto no se hizo más grande nuestra incertidumbre?
Cruel el manto de la mortaja
Zeus de suyo locuaz se calla
Quien explica, dame una razón.
Ellos combatirán contra Persia sobre la llanura de Marathon
Sobre rugientes aguas en Salamina
Volverán contra Tebas
Templos y oráculos les serán consagrados
En las siete colinas
Donde estaba Aquiles, lejos del furor venturoso de los combates
Lejos del dolor parturiento de los trágicos
Sin trofeo, sin amor
¿Esta era toda la gloria
Ser el pavor puro, el ser temido?

Jamás volvería
Olvidado por todos
Solo, aquí entre inanes cabezas
Me retiene Hades en el subsuelo de Troya
Cobrando la prez de un calvero arrasado
que ni aun Eneas codicia
No, no fue por Briseida
No por Patroclo
A Zeus reclama mi vida
Ninguna ley de hombres ni de Dioses me acusaba a la amnesia universal
Al ostracismo
Esta es la ira tempestuosa de mi ser contra Dios
Y hasta tanto no pague mi injusta condena
Con su vida
No cesará contra él.




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