El Alma de los Muertos en Homero
SEGUNDO PREMIO DEL CONCURSO LITERARIO "LA PEQUEÑA GRECIA" 2015
AL AUTOR DEL BLOG http://animasmundi.wordpress.com
Título Original: "LA CONCEPCIÓN DEL ALMA DE LOS MUERTOS EN HOMERO"
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Título Original: "LA CONCEPCIÓN DEL ALMA DE LOS MUERTOS EN HOMERO"
La creencia más extendida era que al morir las almas de los seres humanos, como si de un humo o sombras se tratasen, se desvanecían y se dirigían al Hades. Así se le conocía por la psiqué del individuo. Precisamente, Homero, en el canto XI de la Odisea, ofreció, aprovechando la visita de Ulises al mundo de ultratumba, una imagen muy exacta, que, con el paso del tiempo, condicionará posteriormente la que realizará Virgilio en el libro VI de la Eneida, que, a su vez, adaptada a las doctrinas cristianas, será recreada por Dante en la Divina Comedia. Básicamente, Homero detalla un lugar lúgubre y aciago en el que las almas, desprovistas de toda consistencia física, estaban confinadas y del que, si les fuera permitido, se evadirían. El pasaje homérico relata la forma en la que las almas acudieron fugaces hacia Ulises con la esperanza de beber la sangre vigorosa y vital de Ulises que traía consigo tras realizar un cruento sacrificio de animales, por indicación de la maga Circe, tras hacer las correspondientes invocaciones y libaciones hacia los muertos.
Ulises se encuentra delante del alma del gran héroe Aquiles que le infunde ánimos diciéndole:
–           Ningún hombre es más feliz que tú, Aquiles, ni de los de antes ni de  los de después. Pues antes, en vida, te honrábamos como a los dioses, y  ahora, de nuevo, gobiernas poderosamente sobre los muertos.
Aquiles reponde contundemente la amarga desesperanza de las almas de los muertos:
–           No me consueles de la muerte, ilustre Ulises. Preferiría estar en la  tierra y servir a un hombre pobre, sin muchos medios de vida, que ser el  señor de todos los consumidos.
En  definitiva, las almas (Psiqué) carecen de solidez y firmeza al estar  desprovistas de la vida, y sienten su reclusión en el Hades como una  especia de condena perpetua.
Todo  este imaginario escatológico recreado por Homero fue el más aceptado  por la mentalidad griega, poco o nada preparada para entender, como  sostenía Pitágoras, que el alma, lejos de perder su consistencia, tenía  la posibilidad de renacer y volver a vivir una vida integrada en otro  cuerpo.
De todos los elementos del alma sólo la psiqué continúa  presente en la vida ultraterrena y representa al individuo. Cuando la  psiqué muere ya no regresa más a la vida. Tras la muerte, sin embargo,  el muerto se presenta no sólo como psiqué sino como un eidôlon. Las descripciones del eidôlon sugieren  que los griegos creían que el alma del muerto tenía la apariencia del  ser vivo, y describían las acciones físicas de las almas de los muertos  de dos formas contradictorias: pensaban simultáneamente que las almas  del muerto se movían y hablaban como un ser vivo y que el alma de los  muertos no podía hablar o moverse y en su lugar chillaba y revoleteaba  de un lado a otro.
Dos pasajes sobre el significado de eidôlon dará  vigor al término citado: por un lado, después de que Apolo alejara a  Eneas del templo para que fuera curado de sus heridas tras su lucha con  Diomedes, “fabricó un eidôlon a imagen y semejanza de Eneas”; por otro  lado, Atenea envía a Penélope un eidôlon hecho a imagen y semejanza de Iftima. De estos ejemplos se desprende que un eidôlon en  un ser con idéntico aspecto al de una persona y confirma el hecho de  que para los antiguos griegos los muertos tenían el mismo aspecto que  los vivos.
La psiqué también  abandona el cuerpo durante un desvanecimiento y otras clases de  inconsciencia y regresar al cuerpo. La psiqué no puede permanecer en un  cuerpo muerto, y persigue una vida de ultraterrena.
¿Qué función tiene la psiqué cuando una persona está viva? En ese estado, la psiqué se encuentra presente sólo de forma pasiva.
Se ha dicho que en Homero la psiqué se encontraba situada en la cabeza, incluso los términos psiqué y  “cabeza” son a veces intercambiables. Mentor describe a los  pretendientes  de Penélope de “arriesgando sus cabezas”. En el prólogo  de la Ilíada, el poeta habla de la cólera de Aquiles al enviar a muchos psiqué al  Hades. La expresión es utilizada de nuevo más tarde, aunque entonces el  poeta usa “cabezas” en vez de “almas”. No obstante, resulta obvio que  el hecho de que cabeza y psiqué se utilicen a veces de forma intercambiable no lleve a la conclusión de que la psiqué estuviera localizada en la cabeza. Se cree que ambas representaran la misma cosa, es decir, la totalidad de la persona.
Las  almas de los muertos se muestran que son incapaces de hablar con  normalidad. Hay diversidad de pasajes donde se refleja muy bien esta  naturaleza del alma: las almas de los pretendientes emiten los mismos  sonidos mientras son guiados por Hermes hacia los infiernos, y por esa  razón fueron comparados con murciélagos. Sófocles les atribuye un sonido  diferente cuando escribe: “aquí llegan los zumbidos del enjambre de los  muertos”. Este sonido miserable que emiten las almas de los muertos es  sin duda producto de su imposibilidad de hablar. Hesiodo llama a la  muerte “la que hurta la voz”
En definitiva, Psiqué y eidôlon están  conectadas al inframundo de Homero. Tras la muerte de Patroclo, se  aparece a Aquiles tal y como era cuando vivía; y durante todo el tiempo  en que está en contacto con él, habla a Aquiles como lo haría una  persona normal. Sólo cuando termina el diálogo desaparece chillando.
Autoría:
Hola, mi nombre es Álex, estudié Biblioteconomía y Documentación y una  de mis pasiones es la cultura griega y el estudio de la mitología  clásica desde un punto de vista metafísico. Pienso que en el transcurso  de la humanidad el alma ha sido el tema de discusión más complejo de  todas las religiones y filosofías. Aquí pretendemos desligarnos de  cualquier dogma religioso o corriente filosófica y darle un  reconocimiento más universal y a la vez cercano. A través de la  mitología griega se asentaba una civilización que hoy día nos ha dejado  un hermoso legado en cultura, arquitectura, ciencia y de un modo sui generis  que explicaban  los fenómenos de la naturaleza cotidianos a través de los mitos y de la  idea del alma para explicar el origen del hombre y del cosmos. Estos  mitos van mucho más allá de cualquier asiento popular o carácter  primario. Detrás del mito se esconde una Vía Superior para hacer comprensible esas actividades complejas que denominamos vida.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
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